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En nuestro día a día, en ocasiones tenemos la sensación de que los planetas se han alineado para que las cosas vayan mal.
Te aseguro que los planetas no tienen nada que ver. Somos nosotros los que hacemos una serie de cosas que ayudan a que no todo salga lo bien que podría salir.
Hay algunas cosas que puedes hacer para controlar tu buena estrella y sentirte mejor.
Para no amargarse la vida
1. Admitir lo que pueden aportar los otros nos ayudará a tener otra perspectiva
No creas que para ser tú mismo siempre hay que contradecir lo que digan los demás.
No hay opiniones correctas o incorrectas sino puntos de vista diferentes
. Tus formas de actuar nos son las únicas en el mundo.
2. El pasado déjalo en el pasado
El presente y el futuro tiene cosas muy buenas así que convéncete de que lo mejor no siempre está en el pasado
.
Si sólo miras al pasado no podrás mirar al futuro y ocuparte de él
.
El pasado no determina el presente ni el futuro
si eres capaz de ver que tanto uno como el otro dependen de ti.
Lo que funcionó en el pasado no tiene porqué funcionar en el presente, así que tira de creatividad y cambia la perspectiva.
3. Deja de dramatizar porque si crees que algo ocurrirá, ocurrirá realmente
Tu determinas hacia donde miras y miras hacia lo que confirma lo que piensas y haces.
Así que si quieres que algo ocurra céntrate en ello, pero piensa que si te centras en lo malo y te dejas arrastrar por lo negativo esto también se cumplirá
.
4. Comprueba en la realidad todo aquello sobre lo que tienes dudas
La realidad nunca es peor que lo que uno imagina.
5. No evites las cosas que te asustan o te frenan
Evitar sólo lleva a que la situación se cronifique y no te puedas librar de ella.
Un buen ejemplo de ello es el cuento “El elefante encadenado” de Jorge Bucay
.
6. Ponte metas pequeñas
Si te pones metas pequeñas aumentará la probabilidad de que consigas lo que te propone en un tiempo razonable.
Las metas largas aumentan la posibilidad de no cumplir lo que te propones.
7. Dile a los demás lo que realmente piensas
Haciendo uso de una forma correcta, dile a los demás lo que realmente piensas o quieres cuando te preguntan.
Si dice “si” cuando quieres decir “no” para que los otros no se enfaden, los demás no sabrán quien eres y tu mismo sentirás que te traicionas.
Sólo cuidarás la relación si puedes ser tu mismo en ella.
8. Date permiso para no estar a la altura de lo que los demás esperan de ti
No te dejes enredar en las conversaciones en las que el otro espere que tú te sientas bien al cumplir una orden que tú no quieres o puedes cumplir.
Si estás triste y cuando los demás te quieren animar no lo consiguen, evita la culpa ya que no siempre podemos dar respuesta a lo que quieren los otros
.
9. Mereces ser querido
Piensa que mereces ser querido y por ello las personas que te ayudan lo hacen por voluntad propia no porque tengan alguna pretensión oculta.
Dejarse ayudar no es signo de debilidad y además no nos crea deuda con el otro.
10. Piensa que la vida es un juego en el que todos podemos ganar o perder
Así, las sumas dan un resultado distinto de “0”.
En las luchas de poder diarias (¿Quién lleva razón?), te ayudará a no amargarte el pensar que todos pueden ganar
(yo llevo mi razón y el otro lleva la suya).
Si hacemos uso de las juegos igual a “0” caeremos en el problema de pensar que si el otro gana yo pierdo.
Información obtenida de Watzlawick, P (1984). El arte de amargarse la vida.Barcelona: Herder
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https://www.youtube.com/watch?v=S-PTa20NNrI
